La Casa Calderón Paniagua, ubicada en Urubó Village, se levanta sobre un lote privilegiado por su topografía natural y su colindancia con un área verde posterior. Esta condición única del terreno definió la premisa principal del diseño: proyectar una vivienda que, desde la calle, se percibe cerrada y sobria, pero que al ingresar se transforma y se abre completamente hacia el paisaje natural.
El recorrido arquitectónico propone un contraste intencional. La fachada hacia la calle se plantea con planos de hormigón, hierro y madera, transmitiendo solidez, seguridad y un lenguaje contemporáneo. Sin embargo, al atravesar el acceso, los espacios sociales se revelan: un living, comedor y cocina integrados que se abren hacia la gran vista posterior, estableciendo un vínculo permanente con el área verde.
La conexión entre las diferentes áreas sociales se resolvió con una escalera exterior rodeada de vegetación, que articula los niveles y enriquece la experiencia sensorial de la vivienda. Este gesto se complementa con la incorporación de mobiliario construido en hormigón, pensado como espacios de encuentro y convivencia alrededor del fuego, reforzando la idea de comunidad y disfrute al aire libre.
La materialidad se diseñó para equilibrar firmeza y calidez. El hormigón aporta robustez y carácter atemporal; el hierro introduce un matiz industrial y moderno; y la madera, con su textura natural, suaviza el conjunto y otorga una atmósfera acogedora. La integración de la vegetación tanto en accesos como en terrazas potencia el carácter orgánico del proyecto, borrando los límites entre interior y exterior.
La Casa Calderón Paniagua es una síntesis entre arquitectura y paisaje, una vivienda que protege la intimidad desde el frente pero se expande generosamente hacia su entorno natural, ofreciendo una experiencia residencial única en Urubó Village.