Casa Molina se erige majestuosa en lo alto de una prominente loma, imponiendo su presencia de manera impactante. El diseño se enfoca en resaltar la gran horizontalidad de sus cubiertas, creando volúmenes que se destacan en la altitud. La paleta de tonos tierra, cuidadosamente seleccionada, fusiona la residencia con la topografía circundante, añadiendo una elegancia terrosa a su presencia imponente. Casa Molina es un testimonio visual de la armonía entre la verticalidad del terreno y la horizontalidad trabajada con maestría, transformando la casa en una obra de arte que se integra con gracia en su entorno natural.