La Casa Floresta es un testimonio de la armonía entre la arquitectura y la naturaleza. Concebida con la premisa de abrirse hacia una exuberante área verde, la casa se envuelve en una cubierta revestida de madera, creando un santuario que fusiona lo interior con lo exterior.
La distinción de la Casa Floresta radica en su doble altura, un espacio elevado que se convierte en el corazón de la vivienda. Aquí, la madera abraza la luz y el paisaje, creando una conexión simbiótica entre la estructura y la naturaleza circundante. Esta residencia es más que un hogar; es una invitación a sumergirse en la serenidad de la vida al aire libre, donde cada rincón refleja el compromiso de la arquitectura con el entorno.