La historia de los arquitectos es una narrativa fascinante que ha evolucionado a lo largo de las eras, desde ser los vinculadores de poder entre los reyes y faraones con el pueblo en la antigüedad hasta enfrentar desafíos significativos en la era moderna. En una época en la que la televisión y las redes sociales eran inexistentes, la arquitectura y el arte eran los medios que utilizaban las autoridades políticas y religiosas para establecer su posición como todopoderosos y captar la atención del público. Los arquitectos y artistas desempeñaban un papel vital en estas sociedades, con un prestigio social indiscutible. Sin embargo, ¿cómo hemos llegado a la era moderna donde la percepción de los arquitectos ha cambiado drásticamente? Una de las principales razones detrás de
la transformación del papel del arquitecto en la era moderna radica en la Revolución Industrial y la industrialización de la educación. La producción en masa de arquitectos no siempre ha ido acompañada de una creciente demanda de clientes. Este cambio ha llevado a una percepción de que los arquitectos son más abundantes y, en ciertos casos, intercambiables, lo que ha influido en la
forma en que son valorados por la sociedad. Además, la llegada de la era de Instagram y TikTok ha contribuido a la “comodificación” de los arquitectos. Las redes sociales han homogeneizado la presentación de los proyectos, lo que ha llevado a la creencia de que todos los arquitectos son similares en habilidades y estilo. Esto ha fomentado una mentalidad en la que los clientes a menudo buscan al arquitecto más económico en lugar de aquel que pueda ofrecer una oportunidad única para explorar su arte a través de un proyecto personalizado.
La percepción actual de los arquitectos también plantea preguntas importantes sobre la valoración del arte arquitectónico en la sociedad moderna. En algún momento, la arquitectura dejó de ser vista como una expresión fundamental de la búsqueda humana de refugio y trascendió hacia una expresión artística. La arquitectura se convirtió en un medio para elevar el espíritu humano a través del ejercicio intelectual de la creación artística, una tradición que se remonta a las cuevas de Lascaux.
Sin embargo, en la sociedad actual, esta valoración del arte arquitectónico a menudo se ha desvanecido, lo que plantea la pregunta de si hemos dejado de apreciar verdaderamente la profundidad y el potencial de la arquitectura como forma de arte. Los arquitectos han sido testigos de una disminución en la percepción de su importancia en comparación con profesiones como la medicina o el derecho, lo que plantea la cuestión de si esta transformación es culpa de la sociedad o de los propios arquitectos. La respuesta a esta cuestión es compleja y multifacética, pero una reflexión colectiva y una reevaluación de la importancia de la arquitectura como arte son esenciales. Los arquitectos tienen la responsabilidad de destacar la singularidad de su enfoque creativo y educar al público sobre el valor intrínseco de su trabajo.
En última instancia, el viaje de los arquitectos en la era moderna implica la reinvención de su papel en la sociedad, desde ser vinculadores de poder hasta ser defensores de la importancia del arte arquitectónico. A través de esta transición, los arquitectos pueden desafiar las percepciones actuales y volver a conectar a la sociedad con la búsqueda de la belleza y el significado en la arquitectura, recordando a todos que somos seres destinados a elevarnos a través del arte.