El movimiento de arquitectura orgánica brasileño tiene sus raíces en la década de 1940, cuando el arquitecto Oscar Niemeyer comenzó a desarrollar un enfoque innovador en la arquitectura. Inspirado por la obra del arquitecto alemán Le Corbusier, Niemeyer adoptó la idea de que la arquitectura debería ser un reflejo de la sociedad y su forma de vida, y creía que la forma de un edificio debía surgir naturalmente de su función y su entorno.
Esta filosofía se manifestó en la construcción de edificios fluidos, con curvas suaves y formas orgánicas que se integraban perfectamente con el paisaje circundante. El movimiento de arquitectura orgánica brasileño se caracteriza por el uso de materiales modernos y tecnologías avanzadas, como el concreto armado y la estructura de acero, para crear edificios ligeros y elegantes.
En la actualidad, el movimiento de arquitectura orgánica brasileño sigue siendo una influencia importante en la arquitectura contemporánea. Muchos arquitectos contemporáneos siguen explorando las formas fluidas y orgánicas y el uso de materiales modernos para crear edificios que se integren armoniosamente con su entorno. Además, el legado de Niemeyer ha llevado a un mayor interés en la arquitectura modernista y en la importancia de crear edificios que sean un reflejo de la sociedad y su forma de vida.
Hoy en día, la arquitectura orgánica brasileña sigue siendo una influencia importante en la arquitectura contemporánea y se ha expandido a nivel internacional. Muchos arquitectos continúan explorando formas fluidas y orgánicas en sus proyectos, y el uso de materiales modernos como el concreto armado y la estructura de acero sigue siendo una característica distintiva de la arquitectura brasileña.
Además, la filosofía detrás de la arquitectura orgánica de crear edificios que se integren armoniosamente con su entorno y reflejan la sociedad y su forma de vida sigue siendo una influencia importante en la arquitectura contemporánea. Muchos arquitectos contemporáneos siguen abrazando esta idea y trabajan en proyectos que buscan crear una armonía entre la forma y la función de un edificio y su entorno.
En cuanto a la arquitectura orgánica en sí, todavía se pueden encontrar ejemplos notables en Brasil, como el Edificio Copan en São Paulo y la Casa das Canoas en Río de Janeiro, ambos proyectos de Oscar Niemeyer. Estos edificios siguen siendo un testimonio del legado de Niemeyer y de la arquitectura orgánica brasileña en general. Hoy en día representantes cómo Paolo Jacobsen y Thiago Bernardez son dos de muchos ejemplos de escritorios de arquitectos brasileños, mayormente de Río de Janeiro, que están fusionando sus construcciones a los paisajes exuberantes de Río pero con líneas modernas, fusionando materiales cómo la piedra para las bases sólidas y los metales y maderas para los elementos más livianos.
Será posible que si Bolivia hubiese tenido un maestro cómo Niemeyer hoy no dudaríamos tanto de nuestra arquitectura? Lastimosamente no lo tuvimos, cuando los movimientos del siglo XX estaban en su auge la arquitectura en Santa Cruz era muy esporádica, con fuertes limitaciones económicas, y en obras de menores envergaduras. ¿Nos dejó esta falta de un maestro una crisis de identidad en la arquitectura moderna? Yo creo que si. Ya las líneas curvas y cuerpos sólidos y pesados son cosa del pasado, esos experimentos ya pasaron. Pero los conceptos de arraigarse a la tierra y de utilizar materiales nobles del lugar para acentuar así el estilo de vida de una gente es un concepto atemporal, cómo la arquitectura misma.
Si bien nuestros paisajes son muy distintos a los de Río de Janeiro, ya sea en topografía cómo en varias cualidades, la exuberancia de la naturaleza es algo que tenemos en común, cómo también el estilo de vida de nuestra gente. Estos movimientos de líneas contemporáneas con raíces orgánicas van más en línea con nuestro entorno cruceño que tendencias importadas de lugares fríos y con espacios más limitados. La horizontalidad acentuada, la apertura de los ambientes, las bases macizas de las estructuras, la materialidad regional, son algunos ejemplos de cómo estos dos estudios anteriormente mencionados han sabido adaptar la filosofía orgánica a los tiempos de hoy. Nada de lo que ellos producen se ven anticuados, más aún, se ve muy moderno pero sin perder sus rasgos regionales, algo digno de recrear en nuestro medio.
M. Arq. Carlos Daniel Chain
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